miércoles, diciembre 19, 2007

CREMA OTOÑAL


Ya casi que se termina el otoño, pero a esta receta le pongo ese nombre ya que sus ingredientes son muy propios de esta temporada, y además, es un plato reconfortante tanto en los primeros fríos como cuando hace esos desapacibles días de lluvia y viento.

Bueno, para esto vamos a necesitar unas setas, mucho mejor si son silvestres, y de cualquier clase nos irán muy bien. Lo que si que hay que asegurar es que sean perfectamente comestibles, así que solo usar las que estemos 1000% de certeza de que son comestibles, no hay nada que nos compense de un envenenamiento de setas, hay que tener mucho ojito.

Bueno, ya tenemos nuestras setitas buenas y limpias, preparamos en una sartén un poquito de aceite con un ajo bien picadito y los freímos, sin que se nos queme, ya que eso nos arruinaría todo el guiso. Una vez el ajito dorado, salteamos las setas brevemente, sin permitir que se nos queden blandengues. Reservamos.

Por otra parte, pochamos en un poco de aceite de oliva unos puerros, tanto su parte blanca como la verde, que a mí me parece que le da muy buen sabor. Si nos gusta mucho la familia de las cebollas, pues pochar una cebolla e incluso una cebolleta. Retirar del aceite la verdura pochada y reservar. En ese mismo aceite, y con el fuego bien fuerte, saltear la calabaza cortada en dados, como de 1.5 cm de lado, cuidando de que no se quemen, pero nos interesa que se dore ya que ese “caramelo” que se forma le confiere un sabor muy especial a nuestra cremita. Seguramente habrá que saltear la calabaza en varias tandas, así que un poco de paciencia, pero no apartarse del fuego, que se puede quemar.

Una vez salteada la calabaza, pasar las verduras salteadas (No las setas) a una cazuela de tamaño adecuado, añadirle una patata cascada y el mejor caldo que tengamos por casa, eso sí, que sea de saborcito suave, un caldito de pollo y/o verduras nos irá de perlas, pero si no disponemos de él, pues agüita clara, que no pasa nada. Salpimentamos, y dejamos hervir hasta que todo esté cocido y blandito, momento que pasamos a triturar todo y que nos quede bien fino. Si lo consideráis necesario, pasarlo por el chino.

A este plato le va de maravilla y lo pide a gritos un poco de picante, lo que más me gusta es un poco de esos chiles tailandeses, que son casi venenosos, pero que si se le pone a la hora de servir esas pequeñitas rodajitas rojas por encima, resalta mucho más aún el toque dulce de la crema, y a las setas les va de rechupete, pero ese día en casa estaba el antipicantes de la familia, así que opté por el perejil, pero por favor, hacerlo con un puntito de picante, que realza mucho el plato.

Ahora, poneis la cantidad adecuada de la cremita en un bol/plato, y por encima, con cuidado, para que no se vaya al fondo, le poneis una cantidad hermosa de nuestro salteado de setas, y poneis el chile y/o el perejil.
Y a disfrutar de este plato simple pero rico y reconfortante

sábado, septiembre 01, 2007

PERAS ESPECIADAS AL OLOROSO



Esta es una forma deliciosa de tomar fruta, aunque no es la más indicada para los niños, ya que contiene un poquito de alcohol, y además, al tener un sabor especiado no suele ser de su agrado, pero... a los adultos nos encanta.
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Para este plato he usado peras Barlett, que son de sabor y aroma muy delicado, y además, son de una textura muy suave, a diferencia de las peras de invierno, y, además, no tienen granillos en su carne, que suele ser también un inconveniente para las personas que tienen aparatos dentales, así que si es posible disponer de este tipo de pera, adelante, y si no es así, lo podemos sustituir por otra clase que tengamos a nuestra disposición.
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Necesitamos tambien un par de copas de vino oloroso, que puede ser dulce o seco. Yo he usado este ùltimo, aunque no hay ningún inconveniente en usar el dulce. Como especias he puesto un palo de canela hermoso, tres estrellas de badiana, o a´nis estrellado y dos clavos de olor. Salvo la canela, las especias se ponen en un infusor de té o en una gasita, para retirarlos después de la ebullición y que nos quede la fruta limpia. No he usado azúcar ni ningún otro edulcorante, creo que la fruta ya nos aporta suficiente dulzor, pero si no nos parece suficiente para nuestro gusto, se puede añadir azúcar o miel al gusto.
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Las peras, que no han de estar demasiado maduras, para que no se nos deshagan al hervir, las pelamos, partimos por la mitad y descorazonamos, eliminando también la zona fibrosa del centro de la fruta. Mientras vamos completando la preparación de la fruta, la pelada la vamos poneindo en un bol de agua acidulada con limón, para que no se nos quede negra la fruta.
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Disponemos en una cazuela la fruta a ser posible en una sola capa, y le añadimos el oloroso y las especias. Si nos gusta, podemos añadir un poco de corteza de limón y el zumo de medio limón. Tapamos, levantamos el hervor y dejamos a ebullición suave entre 10 y 15 minutos, dependiendo del tamaño de la fruta, su madurez y nuestro gusto. Como líquido solo añadimos el vino, por lo que hemos de tapar muy bien la cazuela y no permitir que se nos reduzca mucho el líquido. Si la ebullición es suave esto no pasará, ya que la fruta nos cederá además algo de su agua.
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Comprobamos la cocción, y retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.
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Esta preparación está deliciosa tanto fría como caliente.
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Como sugerencia de servicio, si se sirve muy caliente, poner en el agujerito central de la pera un poco de cobertura negra de chocolate y permitir que se funda. Es algu similar pero mucho menos elaborado que las peras Melva, pero igualmente delicioso.
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Y si se sirve frío, nos quedará magnífico con un poco de frutas rojas, tanto en coulis, mermelada, salsa, helado, etc. Y genial con un poco de helado de vainilla o de yogur.
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Espero que os guste este postrecillo, de asombrosa simplicidad, pero de estupendos resultados.
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domingo, agosto 26, 2007

MI HIBISCO





Esta preciosidad ha nacido en mi terraza, y así la he fotografiado después del chaparrón que ha descargado sobre Bilbao.

PRECIOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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viernes, agosto 24, 2007

PASTA ORIENTAL


Este plato está basado tanto en algún ingrediente de uso muy común en la cocina oriental, como es la salsa de ostras y la leche de coco, como en ingredientes que no son muy comunes y conocidos en nuestra casa. Podemos decir que es un plato de fusión. Espero que os guste.

La ventaja que tiene es que para niños contiene también una buena cantidad de verduras, a las que suelen ser bastante reacios, y como contiene también carne y pasta podemos decir que con una fruta o una ensalada de acompañamiento constituye una comida completa y equilibrada, así que animaros y hacerlo, que es fácil, rápido y rico.

Ingredientes:
300 g de pasta, en este caso he usado “orecchiette plugiese”, que compré en Makro
2 calabacines pequeños
2 cebollas hermosas
Un trozo de jengibre fresco, en juliana fina
2 dientes de ajo, picaditos
1 pechuga de pollo hermosa, cortada en tiritas pequeñas
Una cucharada hermosa de jengibre en polvo
Un chile fresco (Opcional)
Pimienta recién molida
Tres cucharadas hermosas de salsa de ostras
Una lata de crema de coco

Preparamos los ingredientes, las cebollas cortadas en cuadritos no demasiado pequeños, los calabacines a los que hemos quitado bien las semillas en varitas de un tamaño semejante a la pasta, los ajos finamente picaditos, el chile en tiritas delgaditas, el jengibre en juliana fina.
Ponemos en una cazuela abundante agua con sal y procedemos a cocer la pasta. Escurrimos y reservamos.

En wok, o a falta de este en una sartén antiadherente, calentamos bien fuerte y ponemos una pequeña cantidad de aceite. Añadimos las cebollas, y movemos sin parar hasta que se ablanden un poco y queden transparentes, pero sin que lleguen a dorarse. Antes de retirar añadimos el ajo y el jengibre fresco, mezclamos bien con las cebollas y reservamos.

Procedemos a saltear el pollo al que hemos sazonado con una dosis generosa de pimienta. Cuando esté levemente dorado sacamos del wok y reservamos en la misma fuente que las cebollas.

En el wok bien caliente y al que ponemos si es necesario un poquito más de aceite salteamos los calabacines brevemente, que se hagan pero sin que se nos queden blandos, eso no nos interesa. Añadimos el chile picadito y cuando ya esté todo a nuestro gusto, añadimos la salsa de ostras y la crema de coco. Damos un hervor para que todo se homogeniza, añadimos las cebollas y el pollo reservado anteriormente, mezclamos bien y retiramos del fuego. En un recipiente de buen tamaño, mezclamos muy bien toda la preparación con la pasta y servimos.

Como la salsa de ostras es un poco salada, hay que ser prudente en la cantidad de esta que añadimos en total al plato. Para que no nos quede salado, y si pensamos que está soso, añadir la sal solamente al final.
En el wok, antes de añadir la pasta.

Plato presentado, listo para comer.

Nota: En los platos "salados" en los que usamos como ingrediente leche de coco les combina muy bien el picante, así que si en casa les gusta, hay que usar el chile con alegría.

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viernes, julio 20, 2007

MERMELADA DE NECTARINAS CON LAVANDA






Esta mermelada está hecha con nectarinas blancas, peladas y deshuesadas. La furta conviene que sea firme y en perfecto estado, en este caso no nos conviene una fruta demasiado madura. Necesitaremos azúcar, zumo de limón y unas cucharadas de flores de lavanda seca.
He puesto 5 kg de fruta fresca entera, no sé las pérdidas que se han producido en su procesamiento. De azúcar un kilo de azúcar RAR, de caña, el zumo de dos limones y dos cucharadas soperas muy colmadas de florecitas de lavanda secas, puestas en dos infusores, para una vez hecha la mermelada sacar las flores sin que se quedasen en la mermelada, ya que la quería muy limpia, y en este caso sin flores. Como son perfectamente comestibles, si es de nuestro gusto, las podemos dejar en la mermelada, sin ningún problema.
La fruta la he cortado en pequeños cuadraditos, a los que he añadido y mezclado bien el azúcar y el zumo del limón, y lo he dejado toda la noche en la nevera. Por la mañana, el azúcar esta disuelta en el almibar que se ha formado. Se pone la cazuela en el fuego, y se lleva lentamente a ebullición, removiendo de vez en cuando, para disolver el azúcar completamente. Mientras tanto, se preparan los infisores con las flores y se ponen en la cazuala, procurando que estén completamente cubiertos.
Se deja hervir la mermelada hasta que alcance el punto correcto, que está entre 104 - 105º.
Se retiran los infusores y se procede a embotar y esterilizar la mermelada que queremos conservar. Si es para consumo inmediato, en el siguiente mes, no hace falta la esterilización, solamente la conservación en frío de la mermelada.
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Lavanda, también conocida como espliego
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Uno de los infusores que he usado en la confección de la mermelada.
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Ya hecha y lista para su consumo. Huele deliciosamente, a la fragancia de la fruta, del azúcar que es extremadamente perfumado, y a la flor de lavanda. Y como he quitado las flores, para las personas que no han visto la etiqueta de la mermelada es muy dificil la identificación de los ingredientes.

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MERMELADA DE MANGO, BAYAS DE ENEBRO Y GINEBRA




Esta mermelada sigue el procedo de elaboración semejante a otras de este blog.

Partimos de fruta en sazón, madura pero no blanda, para que su aroma sea el mejor. Los pelamos y abrimos la fruta para quitar el hueso, y troceamos en pequeños daditos la pulpa de la fruta.
Ponemos la fruta en daditos en una marmita o una cazuela en la que hacemos las mermeladas. Añadimos el azúcar que nos pide la receta. Yo azucaro poco mis mermeladas, sobre 3 kg de fruta limpia pongo 1250 g de azúcar, y en este caso he usado azúcar de caña integral, ya que su aroma y sabor es más intenso. Mezclamos bien la fruta y el azúcar y dejamos en reposo unas horas, o toda la noche si así nos vá mejor para la programación de nuestro trabajo. Si el tiempo es muy caluroso es mejor que el reposo se haga en la nevera, para evitar fermentaciones.
En el tiempo de reposo, el azúcar deshidrata parcialmente la fruta, con lo que se nos forma un almibar en el que se ha disualto el azúcar añadida, o al menos una buena parte de ella. Como no se necesita añadir líquido ponemos la marmita al fuego, y controlamos el primer hervor, ya que se suele producir una buena cantidad de espuma que además conviene retirar para la obtención de una mermelada de calidad. A la vez que espumamos, vamos moviendo con una cuchara de madera la mezcla, para disolver completamente el azúcar y también evitar que la fruta desborde la cazuela ayudada por la espuma formada. Añadimos el zumo de un limón.

Mantenemos la ebullición y el movimiento de la mermelada hasta que esta espese, cosa que se nos producirá sobre los 110 - 111 grados centígrados. Un poco antes de este momento, añadimos un par de cucharadas de bayas de enebro, un poco machacadas para que cedan su sabor. Si lo que queremos es retirarlas de la mermelada nos conviene ponerlas en una gasa o en un infusor. Dejarlas en ebullición con la mermelada al menos 5 minutos.

Casi al final de la cocción de nuestra mermelada, añadimos una copa generosa de ginebra, y lo dejamos hervir unos pocos minutos antes de retirar del fuego.

Si la mermelada la vamos a consumir en un tiempo inferior al mes, la podemos dejar en la nevera durante este tiempo, con la seguridad que no se nos va a alterar, pero si la queremos guardar por espacio de tiempo más largo, hemos de proceder a la estrilización de la mermelada, que haremos embotándola y esterilizando la mermelada como se ha descrito para otras mermeladas

miércoles, julio 18, 2007

MERMELADA DE MELOCOTONES Y CUATRO ESPECIAS


Esta mermelada la he hecho con melocotones de viña, amarillos, no demasiado maduros, pero muy fragantes (4 kg), azúcar amarillo de caña de la marca RAR, muy bueno, por cierto ( 1 kg), el zumo de un limón, dos cucharadas rasas de la mezcla de cuatro especias y una cucharada sopera de pectina de manzana dispersada en una cantidad adicional de azúcar.


El proceso, similar en muchas mermeladas, consiste en cortar la fruta en pequeños trocitos, después de pelarla y deshuesarla. Se le añade el azúcar, se mezcla todo, y se deja una noche en reposo en la nevera, con el fin de deshidratar un poco la fruta y de que se nos forme un almibar en el que la fruta se cocerá.


Sobre la media cocción, añadir el zumo de limón, y proseguir la evaporación del líquido, siempre a fuego lento y moviendo con la cuchara de vez en cuando, ya que no nos interesa que se nos peque la fruta a la cazuela, ya que eso daría mal sabor a nuestra mermelada.


Cuando ya la tengamos casi a punto, añadir la pectina de manzana, que habremos mezclado a conciencia con una cantidad de azúcar varias veces superior a la pectina. La añadimos cobre la superficie de la mermelada en forma de lluvia, y moviendo sin parar, con el fin de que no se nos forme una bola con la pectina, ya que de ser así no se puede deshacer. Y por último, añadir la mezcla de cuatro especias, homogeneizar y retirar del fuego.


Si queremos conservar todo o parte de la mermelada, pasarla bien caliente a frascos de vodrio esterilizados, y proceder a su hervido en la olla express. Sacarlos de la olla una vez despresurizada y dejarlos enfriar boca abajo.


Etiquetar y guardar.



La mezcla que uso de cuatro especias es un preparado hecho en Francia, y que consta de las siguientes especias:


. Canela, jengibre, nuez moscada, clavo y pimienta. Y ya sé que son cinco, pero pone "Mezcla de cuatro especias"





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Botes esterilizados y etiquetados, listos para la despensa

MERMELADA DE NECTARINAS Y VAINILLA




Esta mermelada es muy simple de hacer, solo se necesita unas nectarinas buenas, maduras y bien fragantes. Yo he usado una caja de 4.7 Kg de nectarinas blancas, en el estado de maduración óptimo.

He lavado a conciencia la fruta, y la he pelado. Despues, con paciencia, las he deshuedado y cordado en pequeños daditos, como unos 5 mm de lado, más o menos, esto lleva bastante rato.

Cuando ya está la fruta troceada, le he añadido un kilo de azúcar blanquilla, y he mezclado todo bien con la cuchara. Tapo y dejo en reposo en la nevera una noche. El fin de esta maceración es conseguir que el azúcar nos deshidrate un poco la fruta, y así soporte la cocción sin romperse, con lo que nos quedaría un puré.

Por la mañana, después del reposo, veremos que hay una buena cantidad de líquido. Es el almibar que se nos ha formado con el agua que ha cedido la fruta y el azúcar, que se ha disuelto en el líquido. Sin más dilación, pasamos la marmita al fuego, y vamos calentando con suavidad y moviendo de vez en cuando. Cuando rompa a hervir, espumaremos la mermelada, añadiremos el zumo colado de un limón y dejaremos reducir el volumen bastante.

Mientras tanto, abrimos por la mitad 2 o 3 vainas de vainilla, según nuestro gusto y la inetensidad del sabor de la vainilla disponible. Raspamos las vainas, sacando las semillitas diminutas que contienen, y cuando ya el almíbar ha reducido bastante, se las añadimos a la mermelada, y también ponemos las vainas raspadas. Esta operación de añadir la vainilla la hacemos cuando ya está casi al punto, ya que no nos interesa que la especia nos hierva demasiado, su sabor y aroma es frágil y sútil y si la cocción es prolongada se nos perderá, que es lo que no nos interesa.

Cuando la temperatura de cocción alcance 104º ya está la mermelada lista. Pasamos a embotar la mermelada que queramos conservar, haciéndolo en frascos esterilizados, y según nuestra costumbre, esterilizamos según la conservación que queramos obtener.




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lunes, junio 04, 2007

BROWNIE DE DOS CHOCOLATES



Estos brownies, deliciosos, negros, intensos, de éxito seguro y facilísimos de hacer son una golosina a la que en casa somos más adictos de lo que nos conviene. Y no hay forma de resistirse a ellos.
Además, son de una pasmosa simplicidad, es una receta americana redonda, que allí hacen hasta los niños. Y usando un buen chocolate y una mantequilla de excelente calidad vamos a disfrutar de ellos enormemente.
Y para que sea completo, congelan muy bien, por lo que siempre podemos tener un brownie delicioso a nuestra disposición, pasando previamente unos segundos por el microondas.
La receta de estos brownies la he conseguido en el libro de Donna Hay "Invitaciones deliciosas"





Ingredientes:
240 g de mantequilla
240 g de cobertura negra de chocolate
3 huevos
1 1/2 taza de azúcar glass
1 1/2 taza de chocolate blanco picado groseramente
1 taza de harina de fuerza
1 taza de harina de repostería
1 cucharadita de levadura química (Royal)
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico


1.- Poner la cobertura de chocolate y la mantequilla en un baño maría muy suave, mezclando hasta que se funda todo completamente. Mezclarlo bien. Reservar.

2.- Poner los huevos y el azúcar glass en un bol, y batirlo enérgicamente hasta que espume, es decir, aumentará mucho de tamaño, y será ligera, de un color marfileño.

3.- Añadir la mezcla de huevos y azúcar al chocolate. Hacerlo con una cuchara o una espátula, con movimientos envolventes y con suavidad, ya que nos interesa sobre todo mantener tanto como nos sea posible el volumen obtenido en el batido.

4.- Añadir las harinas tamizadas conjuntamente con la levadura y el bicarbonato. Usar la espátula y movimientos suaves y envolventes.

5.- Añadir el chocolate blanco. Pasar a molde cuadrado de 23 cm de lado, forrado con un papel antiadherente que habremos engrasado convenientemente.

6.- Poner en horno precalentado a 180º durante 25 minutos, aproximadamente, o hasta que los brownies estén cuajados. NO HAY QUE DEJARLOS CUAJAR COMPLETAMENTE. La masa tiene que quedar tierna por dentro.

7.- Dejar enfriar, desmoldar y cortar en cuadrados.

8.- Deliciosos servidos con helado de vainilla.







Chocolate blanco, en este caso, cobertura Ivoire de Valrhona




En esta ocasión, he usado como moldes uno de plumcake y un aro rectangular, con una base de tela de teflón y papel sulfurizado en los laterales.







Mezcla de mantequilla y cobertura negra ya mezclada.


Así queda el batido de los huevos y el azúcar glass

Mezcla de huevos+azúcar y mantequilla+chocolate negro.





Añadidas las harinas e impulsores




Añadido el chocolate blanco



Mezcla ya completamente preparada

En los moldes





Recién salidos del horno





sábado, junio 02, 2007

PAN DE POLENTA

Este pan tiene su origen en el Norte de Italia, de ahí el uso de la polenta y la mantequilla. Se hace partiendo de una masa de arranque formada por la mitad de la harina a usar y la polenta cocida. Una vez levada la masa de arranque, se añade la harina restante, y los piñones salteados en la mantequilla. No se añade más agua, aunque parezca que la masa de arranque no aportará líquido suficiente para toda la masa, si que lo consigue conforma avanza el amasado. Cuando toda la masa ha levado, se amasa de nuevo, se divide en dos porciones, se bolea y se estira, trenzando después las dos fracciones. Se deja levar nuevamente, se pinta de huevo y se decora con piñones y se hornea.
El pan resultante es de un delicado color amarillo, una suave, fina y crujiente corteza, y una masa de agujeritos finos y regulares, de textuta húmeda y densa, muy buena, con un sabor estupendo, diferente al pan de solo trigo. Los piñones y la mantequilla le enriquecen el sabor,pero sin enmascarar el de la masa. Espero que os interese hacerlo, y que os guste.



PAN DE POLENTA

(Receta sacada de La Gran Enciclopedia del pan)


La polenta es un ingrediente muy usado en la cocina italiana. Aquí se ha combinado con piñones para elaborar un pan italiano de un sabor fantástico.

Ingredientes:
50 g / Media taza de polenta
300 ml /1.25 vasos de agua templada
15 g de levadura fresca
2.5 ml/ Media cucharadita de miel
225 g / 2 tazas de harina de fuerza
2 cucharadas de mantequilla
45 ml de piñones/ 3 cucharadas de piñones
7.5 ml/1.5 cucharaditas de sal
Cobertura:
1 yema de huevo
15 ml/ Una cucharada de agua
Piñones, para esparcir

PARA HACER UN PAN


1.- Untar ligeramente una placa de horno. Mezclar en un vaso la polenta con 250 ml de agua y llevarlo a ebullición lentamente, removiendo sin parar con una cuchara de madera. Reducir el fuego y mantener el hervor durante 3-4 minutos, removiendo de vez en cuando .Dejar enfriar aparte por lo menos 10 minutos.
2.- Mezclar la levadura con el agua restante y la miel hasta formar una especie de crema. Tamizar una taza de la harina en una ensaladera grande. Incorporar poco a poco la mixtura de la levadura, y luego, la de la polenta, y mezclar. Poner la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y trabajarla 5 minutos, hasta que esté lisa y elástica.
3.- Cubrir el bol con una película transparente o con una bolsa de plástico untada con aceite. Dejar subir la masa, en un lugar cálido durante 2 horas o hasta que haya doblado de tamaño.
4.- Mientras, fundir la mantequilla en un cazo, añadir los piñones y cocer a fuego medio, hasta obtener una masa marrón. Dejar enfriar aparte.
5.- Añadir la harina restante y la sal a la polenta, y mezclar hasta obtener una masa blanda. Mezclarla con los piñones amasando. Ponerla sobre la superficie de trabajo enharinada y trabajarla durante 5 minutos o hasta que se quede lisa y elástica.
6.- Poner la masa en una ensaladera untada con aceite, cubrir y dejar que suba una hora, o hasta que doble su tamaño.
7.- Noquear la masa y ponerla de nuevo en la superficie enharinada. Cortarla en dos trozos iguales y enrollar cada uno de ellos en forma de “salchicha” plana de unos 38 cm de longitud. Trenzar las salchichas y ponerlas en una placa de horno preparada. Cubrir con un trozo de film untado en aceite y dejar subir durante 45 minutos en un lugar cálido, 45 minutos. Precalentar mientras tanto el horno a 200 grados.
8.- Mezclar la yema y el agua y aplicar con un pincel sobre el pan. Espolvorear con piñones y hornear 30 minutos, hasta que el pan está dorado y suene a hueco al golpear en la base. Dejar enfriar en la rejilla. Como observación, es mejor emplear mantequilla clarificada, no se pone tan sucia al saltear los piñones, pero quise seguir la receta para hacer el paso a paso. Cuando yo lo he hecho otras veces, uso mantequilla clarificada, pero luego pongo todo en un colador, y así solo me quedan los piñones salteados, pero es que en casa no deben tomar mantequilla



























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